18/01/2018

¿Cuándo cambiar el sílex de tu piscina?

  • Fotografía de piscina con sistema de limpieza en marcha

Alarga la vida de tu piscina con un buen mantenimiento

 

Hoy dedicaremos el artículo de actualidad al sistema de filtración, un método esencial para un correcto mantenimiento de tu piscina.

El sílex es a día de hoy el método de filtración más utilizado en las piscinas. Se trata de un material poroso que se erosiona con el tiempo, motivo por el que es importante se vaya reemplazando periódicamente.

 

 

¿Cuánto tiempo dura?

Dependiendo de la piscina, el tratamiento químico del agua, la velocidad de filtración, etc. Son muchos los factores que influyen en la durabilidad del sílex, pero se recomienda cambiarlo cada 4 o 5 años.

 

 

¿Por qué se ha de cambiar?

Es un material poroso, además de fácilmente saturable con otros productos de piscina, se erosiona y pierde efectividad. Todo ello hace que se pierda calidad de transparencia en el agua, aumente el gasto de producto químico y también tardemos más en terminar las tareas de filtración. Además, el recambio del sílex siempre representa un ahorro.

 

 

¿Cómo sabemos que hay que cambiar el sílex?

A simple vista no lo podemos apreciar, sino que son los síntomas que acabamos de mencionar los que nos pueden hacer pensar que ciertamente existe un desgaste del sílex de nuestra piscina. Y si además hace años que lo instalamos, es muy probable que su efectividad sea muy baja.

 

 

¿Qué pasa dentro del filtro?

Las bacterias colonizan rápidamente la arena sílice, zeolita, carbón activo y virtualmente cualquier medio de filtración en contacto con el agua.

 

Aunque en las piscinas las concentraciones orgánicas se reducen por efecto del cloro, las bacterias mutan y pueden proliferar rápidamente en altas temperaturas, típicas en muchas piscinas.

 

Estos organismos unicelulares pueden alojarse en agujeros microscópicos de las paredes de poliéster de los filtros, así como en los huecos y valles de un grano de arena o zeolita. Las bacterias se protegen segregando una capa de protección que evita la penetración del cloro a sus paredes celulares. Esta capa se denomina “biofilm” y la podemos detectar microscópicamente analizando la arena o paredes del filtro, sea cual sea el nivel de cloro en el agua.

 

 

¿Cuál es el mejor método de filtrado?

Expondremos una tesis comparando sílex y cristal, aunque existen otros métodos como las filtraciones combinadas, los filtros de cartucho o las diatomeas que también podrían recomendarse según el caso.

 

Algunas bacterias forman esporas que son virtualmente indestructibles como por ejemplo las Cryptosporidias, que pueden tolerar niveles de cloro de hasta 120 mg/l. Aún así, los tipos de bacterias más comunes toleran también supercloraciones gracias a su ubicación en la arena y su capa protectora (alginate) que les protege del cloro. Partiendo de esta situación, la capa protectora segregada por las bacterias es muy pegajosa y comienza a apelmazar la arena del filtro. Con lo que en el plazo de pocos meses (o semanas en el caso de la zeolita), se forman bolas de arena del tamaño de una pera.

 

Las bacterias pueden entonces crecer y prosperar en estas colonias y el cloro no va a poder acceder a ellas. En las situaciones más críticas, todo el lecho de arena puede apelmazarse y lo único que queda es un paso muy reducido por donde el agua atraviesa todo el lecho de arena. Las escenas arriba mencionadas pueden desarrollarse en una mayor o menor medida pero en todos los casos puede eventualmente acabar en un deterioro del medio filtrante. Hay que tomar muy en cuenta la reserva de bacterias que muta y se desarrolla en el lecho de arena.

 

También es importante mencionar que en algunos periodos como precisamente el de justo después de un lavado de filtro, una cantidad de bacterias pueden traspasar la arena del filtro y contaminar el agua. Pese a ello, habrá siempre una constante contaminación emanada de la arena o la zeolita. Estos son principios biológicos básicos y es aún así comprensible que no se hayan tomado en consideración por ingenieros/ operadores o diseñadores.

 

La clave respecto a la arena o cualquier otro medio filtrante, es su microestructura y si existe un microentorno que permita a la bacteria colonizar el medio. Si el medio de filtración fuese microscópicamente liso, el problema con la colonización de las bacterias  se eliminaría mayoritariamente, ya que no existiría un lugar para las bacterias donde esconderse o protegerse contra el cloro. Dicho esto, una superficie lisa no es un buen medio filtrante en términos de atrapar sólidos finos. El AFM es diferente en este respecto, pues tiene una microestructura muy lisa, aunque lleva una carga negativa en la superficie. Esta carga es lo suficientemente fuerte para atraer pequeñas partículas del agua. Cuando se efectúa un lavado de filtro, las fuerzas de atracción se rompen y todos los sólidos, incluido las bacterias desaparecen con el lavado.

 

Dryden Aqua ha conseguido mediante un método especial y único, que el AFM se autoesterilice. AFM contiene óxido férrico y dióxido de cromo. Estos productos químicos se agrupan con el enrejado de alumino-silicato de los granos de AFM y oxidan moléculas orgánicas y bacterias. En la práctica y en comparación con la arena o zeolita, el AFM filtra partículas más pequeñas y de hecho también moléculas orgánicas del agua. El resultado final es que el rendimiento de este medio filtrante es muy superior a la arena o la zeolita. También se ha comprobado que como a las bacterias les resulta muy difícil adherirse al AFM, el tiempo de lavado resulta ser muy bajo y resulta mucho más eficaz que otros medios de filtración.

 

La eliminación de la materia orgánica en el lecho de arena significa que hay menos protección para las bacterias y menos nutrientes para consumir. Un lecho de AFM se mantiene por ello mucho más limpio que un lecho de arena o zeolita, por lo que el riesgo de contaminación de bacterias es muy inferior.

 

Mediante la introducción de principios biológicos en el desarrollo del medio de filtrado AFM, Dryden Aqua ha ganado el premio SMART en Escocia por innovación técnica en el campo de filtración a presión.

 

El AFM se utiliza en una variedad de industrias desde piscifactorías hasta tratamientos terciarios para plantas de aguas residuales. El AFM se utiliza también en piscinas públicas y en depuradoras de agua potable. Basta con decir que JFS ya no utiliza arena en sus filtros de arena. La mayoría de las instalaciones en la industria de las piscifactorías del Reino Unido utilizan ahora AFM. Muchas instalaciones locales de tratamiento de aguas residuales están cambiando la arena por el AFM y lo mismo está ocurriendo ahora en las piscinas.

 

 

¿Son todos los cristales iguales?

No, existen diferencias entre los distintos fabricantes de cristales y sus calidades de filtración respecto al sílex, siendo AFM el único que mejora estas prestaciones. Si necesitas más información al respecto, te la podemos mandar sin compromiso tras contactar con nosotros. Únete a la revolución del AFM para tu piscina.

Contacto

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